Un millón de dólares es lo que le pide el empresario colombiano Carlos Gutiérrez a Paulina Rubio por incumplimiento de contrato, ante un tribunal de Miami, donde Carlos Gutiérrez, organizador de eventos y conciertos había denunciado a la artista mejicana.
Paulina sin embargo estaba encantada de poder dar su versión de los hechos ante los jueces. Según Omar Ortega, su abogado y su marido Nicolás Vallejo-Nájera que la acompañaron a los juzgados de Miami, todo ocurrió en agosto de 2010 cuando se disponían a viajar a la ciudad colombiana de Tunja desde Medellín.
Los médicos prohibieron a Paulina hacer el viaje por tierra ya que estaba embarazada de siete meses y no era conveniente un desplazamiento tan largo y por malas carreteras. Paulina y su marido contrataron entonces una avioneta pagada por ellos mismos, ya que Gutiérrez se negó a poner un medio de trasporte a su disposición y cuando estaban encima de la ciudad, el empresario impidió que aterrizaran, según la versión de la cantante.
Entonces la artista y su marido ofrecieron actuar al día siguiente de forma gratuita, después de hablar con el alcalde de Tunja y explicarles lo sucedido, pero el empresario canceló la actuación y presentó una denuncia por incomparecencia.
Un embrollo judicial que Nicolás Vallejo-Nájera califica de extorsión pura y dura: "Este individuo sólo quiere dinero .No es de hombres como es debido atacar a una mujer embarazada".
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