Poco después de darse el 'sí, quiero', la duquesa de Alba y Alfonso Díez salían a saludar a los que esperaban a las afueras. Un grupo rociero amenizaba el momento con unas sevillanas y Doña Cayetana, sin ningún pudor, se quedaba descalza para bailar. Animada por su ya marido, la aristócrata derrochaba estilo y salero a pesar de su edad. Y es que parece que su boda le ha hecho rejuvencer unos cuantos años.
Especialmente sonriente, con la mirada brillante y sin soltarse de Alfonso Díez un momento, la duquesa de Alba se marcaba unas sevillanas como solo ella sabe hacer en público. Ilusionada como una adolescente, sin duda, la duquesa ha disfrutado de su boda como si hubiera sido la primera.
Tan alegre estaba que no ha dudado en lanzar su ramo a los que esperaban pacientes desde primera hora de la mañana para ver el desfile de invitados y, sobre todo, felicitar, tras la ceremonia, a los novios. Entre aplausos, vítores y felicitaciones, pensa y curiosos agradecían la salida de los ya marido y mujer, dejando, ya para el recuerdo, numerosas imágenes de una de las bodas más esperadas del año.
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