El doctor acusado de la muerte de Michael Jackson, aunque no es la primera vez, lloró durante la sesión del miércoles del juicio que se lleva en su contra, luego de escuchar a cinco testigos que lo retrataron como un profesional cuidadoso y no motivado por el dinero.
Los ojos del doctor Conrad Murray se llenaron de lágrimas cuando uno de los testigos, Ruby Mosley, recordó cuando éste creó una clínica en una comunidad pobre de Houston en honor a su padre.
Mosley dijo que Murray nunca habría creado aquella clínica si fuese codicioso, tal como lo ha sugerido previamente la fiscalía.
"Cuando ibas donde el doctor, en su oficina, no veías ningún letrero cuando entrabas que dijera 'pague al momento en que se prestan los servicios'", dijo Mosley. "No veías un letrero que dijera que presentes tu identificación o tarjeta de seguro. Primero veías al doctor", añadió.
Murray continuó limpiándose los ojos durante un largo rato después de que Mosley dejó el estrado. Ella fue la última de los cinco testigos que los abogados de Murray llamaron durante la jornada del juicio por homicidio involuntario contra Murray, quien se ha declarado inocente de los cargos.
El juicio tuvo un receso por el resto del día luego del testimonio de Mosley y se espera que sea retomado el jueves, con los últimos testigos de los abogados de Murray, un par de expertos médicos.
Las autoridades aseguran que Murray le proporcionó a Jackson una dosis fatal del anestésico propofol en la habitación del cantante el 25 de junio del 2009. Los defensores dicen que fue el propio cantante quien se automedicó.
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